domingo, 8 de abril de 2012

Insomnium

A lo largo de mi vida he sido alguien poco trasnochador. Siempre he tenido la costumbre de acostarme en horas digamos prudentes. Sin embargo, ha sido en mi etapa universitaria cuando he visto modificar radicalmente mis ritmos circadianos.



La gente me pregunta a menudo: "¿Oye Javier, por qué pasas muchas veces más horas despierto de noche que de día?" o "¿Se puede saber qué diablos haces tantas noches en vela? En qué empleas tu tiempo?". Para empezar, como todo, la respuesta no es tan sencilla. Quiero además aclarar que no estoy despierto un día cualquiera a las cuatro de la madrugada como hoy simplemente por el hecho de no poder dormir. Si puedo dormir, podría irme ahora mismo a dormir si quisiese y en menos de quince minutos estaría con mis ronquiditos abradazo dócilmente cual bebé a mi suave almohada de plumas. Si paso tantas horas despierto a la luz de la luna es porque quiero, sencillamente.

Todo tiene su momento, toda acción, afición, hobby o costumbre tienen su momento, primeramente en la vida, y en segundo lugar en el día a dia. Dejemoslo claro: al igual que alguien va generalmente a la facultad o a hacer deporte a lo largo del día, hay muchas cosas que tienen lugar de noche. Son, digamos, opuestos en ciertos aspectos. Ambos tienen sus encantos. En cierta medida el ruido, la luminosidad, el gentío son atractivos de una bonita mañana o de una tarde. En cambio, la penumbra y el silencio lo son de horas más tardías. Y qué quereis que os diga, en especial el silencio me resulta tremendamente atractivo. No digo que el ruido no me guste. Digo que cada cosa tiene su momento. Y quién me conozca sabrá perfectamente que puedo ser muy hablador y activo cuando quiero, pero que disfruto mucho con la escasez de palabras y lo que ello implican. Porque con silencios se pueden transmitir infinidad de cosas.

Sin ánimo de irme mucho por las ramas. Ocurren varias cosas. La primera que tengo cierta facilidad para mantenerme despierto cuando me apetece. La segunda que muchas cosas, como escribir (y ahora más concretamente en este blog), leer un buen libro, ver una buena película, y un largo etc. me gusta más hacerlas a estas horas. Y la tercera, el aprecio que le tengo a estos momentos. No os podeis imaginar cuanta belleza se aprecia en estos momentos, en el silencio y la soledad. Son ciertamente especiales. Y por supuesto que en su mayor parte son momentos solitarios, pero también es único el poder compartir con alguien la magia nocturna, encontrar a alguien con quien disfrutarla y recordarla.

En fin, sinceramente, no se si algo de lo que he dicho tiene algún sentido o simplemente estoy divagando y mis dedos bailan al ritmo de mi mente puramente delirante.


Por hoy nada más. Espero que lo disfruten.

SirJ

1 comentario:

  1. acabo de descubrir una faceta tuya que nunca imaginé que tendrías ;)

    bonita entrada y asombrosa canción =)

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